CAMPAMENTO DE VERANO


Querida Leila,

Siempre voy a recordar este lugar donde te di nuestro primer beso, con el sonido de las olas rompiendo en el acantilado, con las estrellas como confidentes, con La Luna como fiel compañera de todos nuestros viajes.
Nunca olvidaré el brillo en tus ojos, el moreno veraniego que destacaba en todo tu cuerpo, tus labios rojos y ese ligero rubor en tus mejillas. Siempre recordaré lo nervioso que estaba, como me temblaba todo el cuerpo cuando posaste tu mano en mi nuca y te pusiste de puntillas para que nuestras miradas se cruzasen. Grabé en mi mente ese dulce beso con sabor a mar, aroma a amor de verano, campamento interminable donde te conocí.
Ojala nunca hubiese dejado que te subieras a aquel coche. Ojala te hubiera pedido tu dirección para mandarte esa carta. Pero te marchaste sin despedirte, tal y como acaba el verano y llega el otoño.
Adiós, amor de verano, dulce y cruel, aquel que te da la vida y te la arrebata, aquel en el que confías y apuestas todo contra nada, aquel que te decepciona y te convierte en vagabundo de besos vacíos que buscan unos labios que vuelvan a ser los tuyos. Aquel que te recuerda lo efímera que es la vida, con lo mítica e irrepetible que tú llegaste a ser para mí.
Pero no sufras, pues aunque nunca te encuentre, yo siempre te amaré tanto como dure mi vida. Puede que caiga perdido en otros brazos, que un aroma que me haga olvidar el tuyo y que, algún día, me sorprenda enredado en otras sábanas que no son las mías y, por desgracia, tampoco las tuyas. Puede que intente olvidarte llamando "amor" a otras mujeres mientras imagino tu sonrisa en la de ellas, que tenga una familia como la que tú y yo imaginábamos tener y que me muera sin haber despertado del maravilloso sueño que me hiciste vivir.

Te amo.

Esteban.

P.D.: Prometo verte más allá de donde me lleve el viento, porque mi espíritu estará siempre contigo. Prometo mandar esta carta a alguien que no conozca, con una dirección inventada, esperando que esa persona seas tú. Prometo hacerte participé en la distancia de todos los acontecimientos importantes en mi vida y hablar contigo en voz alta mientras camino por la calle. Prometo ser feliz, aunque no estés conmigo, porque al pensarte compartiremos ese instante de felicidad y porque sé que, estés donde estés, te gustaría verme sonreír por todo lo que fuimos y no pudimos ser.

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