TU CANCIÓN FAVORITA




Cogí tu canción favorita y la hice mía, me sorprendí cantándola por la calle y tarareándola en el trabajo. Me sentía ese soldadito marinero que había conocido una sirena. Tú eras esa sirena, que tenía los ojos verdes y un negocio, sí, pero en el corazón y no entre las piernas. E incluso, cuando intentaba dormir, con el suave viento de verano entrando por mi ventana, mi mente me atormentaba recordándote cantando esa canción, en aquel escenario, el día de mi cumpleaños. Recuerdo tu vestido rojo, tus labios carnosos y esa dulce melodía que me acompaña en la soledad de cada noche. ´
Podía haberla borrado de mi reproductor automático pero la fijé como despertador de cada mañana. Y, mientras me lavaba los dientes, bailaba un poco, frente al espejo, con los acordes de tu canción favorita.


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